Nuestros hábitos son aquello que nos proporciona vivir momentos de felicidad por encima de cualquier otra dimensión de la vida. Enumeremos varios para que vayamos implementando. A poquitos, sin empacho
Cuando elucubramos sobre la felicidad, solemos pensar en cosas que nos dan un placer inmediato, una buena comida, un buen libro, un día relajado en la playa, un paseo por un sitio que nos gusta, … Es cierto que todo esto que disfrutamos puede ofrecernos felicidad, pero solo de manera temporal. Estudios recientes muestran que la verdadera felicidad, la real satisfacción de la vida, la alcanzamos de modo algo diferente.
De hecho, las personas felices lo somos de modo totalmente intencional. Añade a tu repertorio los siguiente hábitos y ya me cuentas.
- Crea tu propia felicidad (y no te sientes a esperar si llega). Las personas más felices no son las más ricas, ni las mas sortudas ni las mas “guapas”, sino aquellas que lo desean ser de forma intencional y ponen su esfuerzo en ello. Tienes que considerarlo tu prioridad. Cada segundo que pierdes esperando a que llegue es un segundo perdido en construirla.
- Rodéate de las personas adecuadas. La felicidad es contagiosa. Pasar tiempo con personas felices induce a un estado de bienestar, creatividad y diversión.
- Duerme lo suficiente. El buen descanso recarga tu cuerpo de energia e incrementa la atención y la memoria. El nuevo día se encara de un modo mus diferente que si no hemos permitido ese descanso que recarga y desintoxica.
- Vive el momento. Es imposible ser feliz si estás en otro lugar que el aquí y ahora de forma permanente, solo lo conseguimos viviendo lo que hay (sea considerado agradable o desagradable). Si no sabes cómo cambiar este hábito sabe que debes hacer dos cosas: aceptar tu pasado con paz y aceptar la incertidumbre del futuro. La preocupación no cabe en el momento presente.
- Aprende a amarte. No solemos tener dificultad para maravíllarnos con las cualidades y capacidades de los demás, pero cuando se trata de apreciar las nuestras es harina de otro costal. Aprende a aceptar quien eres y a valorar tus fortalezas. Compasión para contigo trae mejores y más saludables decisiones y reduce la procastinacion.
- Aprecia lo que tienes. Dar gracias por todo lo que ya tienes te hace apreciar tu vida y reduce en un 23% la tasa de cortisol y con ello el estrés: aumenta el bienestar, tienes mejor humor y más energía.
- Haz ejercicio. Solo con mover tu cuerpo de manera consciente durante 10 minutos consigues cambios bioquímicos que te harán sentir mejor. Si puedes encontrar una manera de ejercitarte que te guste y hacerlo regularmente incrementarás tu estar bien.
- Perdona, aunque no olvides. Ante una afrenta, evita las rencillas y el estrés de una discusión, perdona, pero que eso no permita que nadie vuelva a poner eso en tu camino. No guardes rencor pero haz valer tu espacio para que no se repita.
- Siente lo que sientes. Reprimir tus emociones es malo, fatal para uno mismo. Hay estudios que han demostrado que la longevidad está relacionada con el grado en que expresas lo que siente. Así que….
- Céntrate en lo que puedes controlar. Solemos enfocarnos en lo que no va bien en vez de ver la situación desde otro lugar. No puedo correr por una lesión, pues puedo nadar. Las personas felices no es que sean infalibles sino que se toman sus meteduras de pata con calma y deportividad.
- Mantén un modo de pensar de crecimiento. Podemos cambiar todo lo que necesitemos cambiar y creer eso nos da poder y fortaleza. Con mayor o menor esfuerzo podemos enfrentar cualquier desafío y tomar la vida así trae energía y felicidad.
Estos hábitos o estrategias no sólo nos reportan felicidad de la duradera sino que nos convierten en mejores personas. Toma desde ya aquellos que más resuenen contigo ahora y disfruta del reto de ser feliz. Más y más.